Las ciencias sociales no ayudan con la ética. Dice Amitai Etzioni (aquí, en inglés). El argumento es que las ciencias sociales que las universidades enseñan a millones de estudiantes cada año utilizan narrativas que socavan el guerrero moral que todos llevamos dentro. Aquí están sus argumentos.
La economía dominante nos enseña que el ser humano busca maximizar su propio interés (autointerés) que, en su versión más generalizada, se deriva del consumo de bienes. Entonces estamos programados para divertirnos, eso es lo que nos mueve, y comportarnos de otra manera, como ser caritativos con los demás, es un comportamiento raro que termina siendo explicado con argumentos como si nos hiciera especiales. satisfacción, o que somos generosos con los demás porque esperamos ser recompensados mañana. No hay lugar para la ética.
Ética de la ciencia
La influencia de la ética en la evolución de la ciencia es un factor importante que necesita ser analizado, debatido y anticipado.
La ciencia en el desarrollo de su actividad se enfrenta muy a menudo a cuestiones de carácter ético. En su desarrollo, la ciencia se practica internamente dentro de normas que establecen condiciones de trabajo dictadas por instituciones políticas, muchas veces en forma de ley. Un buen ejemplo de ello son los que definen los estándares bioéticos del trabajo con individuos o muestras humanas. Recientemente, se ha discutido sobre el acceso a los datos clínicos o el comportamiento social de las personas en un entorno privado. Internamente, también, el método científico requiere reglas de integridad sobre las cuales se funda la credibilidad misma de la ciencia. A menudo, estas reglas se presentan en forma de códigos de práctica que incluyen reglas sobre la relación entre los miembros de los grupos de investigación o cómo se publican los resultados, entre otros temas. La ciencia, por otro lado, participa cada vez más en los debates externos. La opinión científica se requiere para la toma de decisiones políticas y, por lo tanto, es requerida por varios tribunales sociales o políticos. Cómo se comunican estos puntos de vista es a menudo un asunto complejo. También hay debates en los que están en juego los valores que subyacen a las sociedades cuando los resultados de la ciencia plantean interrogantes sobre sus consecuencias en el mundo de las ideas o sus aplicaciones.